El proyecto INA nace el 2016 con objeto de producir un test de tamizaje que mida el funcionamiento cognitivo en niñas, niños y jóvenes de entre 6 y 18 años como antesala a la aplicación de WISC-III, ya que ofrece una perspectiva previa y general del funcionamiento cognitivo en solo 25 minutos. En su aplicación, INA mide tres habilidades cognitivas específicas: Atención, Inteligencia fluida e Inteligencia cristalizada. Estos tres parámetros son evaluados a su vez mediante tres subpruebas: Oi y FIX, en sus versiones adaptadas para niñas y niños; y un test de vocabulario.
La batería fue probada en más de 1.300 niñas y niños de cinco colegios distintos de la Región Metropolitana, correspondientes a tres niveles socioeconómicos. Se comprobó la correlación entre los datos que ofrece INA y los resultados que se obtenían con el WISC-III, lo que suponía una muestra inequívoca de su buen funcionamiento.
En el año 2021 se decide actualizar INA y pasarla a formato digital, además de actualizar sus subpruebas con el objetivo de tener una prueba más dinámica y atractiva para niños, niñas y adolescentes.