Un día supimos que el fantasmín tenía cosas pendientes con el diablo y en cualquier momento se lo llevaba. Llegó el día en que se lo llevaron. Nos pusimos de acuerdo en ir a buscarlo, fuimos y Marcelín nos guió por donde ir. No lo vimos, muchas jaulas, ¿cual de ellas sería?. Estaba colgado de una jaula, entonces Michael le dijo: “eres un fantasma, la puedes traspasar”. “Es que no es cualquier jaula, es de fantasmas” dijo Marcelín. Yo subo y lo bajo y me convertí en la llave. Y lo solté, salimos corriendo por un pasillo lleno de jaulas diciendo: “sáquenme por favor” y nosotros seguíamos corriendo. Volvimos y nos quedamos felices haciendo una fiesta.