¿Autismo o autismos? – cedeti
Logo CEDETi UC Logo CEDETi UC

11 Enero 2023

Te invitamos a leer la columna "¿Autismo o autismos?" de Catalina Vidal, Coordinadora General del Servicio de Neuropsicología (SeN) y Nicol Fernández, psicóloga y Coordinadora Infanto-juvenil de SeN

Muchas veces hemos escuchado decir frases como: “Mi hijo es autista, y no es como él”, “Mi hija se lleva bien con todos y tiene muchos amigos, ¿cómo puede tener autismo?” o “Mi nieto es asperger, no tiene autismo”. Por esta razón, es importante aclarar que los criterios para el Trastorno del Espectro Autista (TEA) no son una receta, ni algo estándar que se deba cumplir exactamente igual para todas las personas. Desde el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR), se estipulan dos grandes áreas de impacto para el TEA: la comunicación social y los  patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades,  y para cada ámbito existe una cantidad de criterios clínicos que se deben cumplir para realizar  el diagnóstico, sin embargo, cada uno de estos síntomas se pueden expresar de distintas maneras dependiendo del niño, niña, adolescente o adulto y por eso hablamos de “espectro”.

Por ejemplo, hay niños y niñas con autismo que no tienen amigos y otros que creen que todos son sus amigos; hay personas con TEA que requieren mucho apoyo por parte de sus familias y otros que requieren menos, hay quienes pueden necesitar tratamientos interdisciplinarios a largo plazo  y otros que solo requerirán apoyo profesional en momentos de adaptación o situaciones específicas, e incluso las investigaciones han reportado diferencias en la manifestación sintomatológica entre mujeres y hombres, siendo las primeras a quienes menos se les realiza el diagnóstico. Por esta razón hablamos de espectro, ya que no es solo una forma de autismo o un TEA, cada persona con esta condición la expresa de manera diversa.

Lo relevante, es que siguen existiendo áreas de desarrollo que se deben potenciar y estimular para lograr que las personas con TEA puedan desenvolverse de la mejor manera posible y disfrutar de una óptima calidad de vida. Por esto, el rol de todos y todas las profesionales de la salud es transmitir la información correcta a las familias, realizar psicoeducación a conciencia para que exista claridad de su condición y tener presente la importancia de conocer su perfil de fortalezas y dificultades, para poder sugerir de manera adecuada las necesidades de intervención que pueden requerir y para definir los avances que van teniendo a lo lardo de su ciclo vital.

¿te gusta esta publicación?
Comparte esta publicación